
De nuevo Mike Oldfield, en un temazo de los que hacen época.
La canción la llevo escuchando más de veinte años, y fue una grata sorpresa encontrar el vídeo en YouTube.
Se ambienta en una surrealista habitación de juguetes, y tiene gracia verlo con esa cara seria y ese vaivén de guitarra, que más que un muñeco parece el asesino de Viernes 13, sin necesidad de la máscara ni la sierra mecánica.
En la portada del single aparece una foto de su madre, Maureen, quien después de años de alcoholismo y depresión -desde los cinco de Mike- se suicidó en 1974, el que sucedió al de su primer disco, Tubular Bells.
El cantante es el fabuloso Barry Palmer, quien también colaboró en el LP Discovery y en la canción Pictures In The Dark, además de alguna otra.