Thunderbolt and Lightfoot (o Un botín de 500.000 dólares en España) es una de mis películas favoritas. Por muchas veces que la repongan no me canso de verla; o como dirían los anglosajones: "it never gets old".
El crítico Michael Bliss la describe como "una reflexión sobre la camaradería entre los hombres, más allá de ser una gran cinta de acción".
Escrita y dirigida por Michael Cimino, parece increíble que fuera su primera película. Y... ¡qué responsabilidad tener a tu cargo a unos actores tan grandes! Jeff Bridges, para mí el personaje principal, hace un papel colosal e inexplicablemente no ganó el Óscar al actor secundario por el que fue nominado. No en vano, la prestigiosa revista The New Yorker lo ha definido, simplemente, como "el mejor actor vivo". Pero es que Clint Eastwood, George Kennedy y Geoffrey Lewis (padre de Juliette Lewis) están todos magníficos; por no hablar del guión, la escenografía, fotografía y banda sonora. Y si tengo que escoger entre versión original y la doblada al español, yo me quedo con esta última, ya sea por lo familiar que me resulta (lo mismo me ocurre con esta canción, que también cantó Elvis Presley) o porque el trabajo que hicieron aquellos actores de doblaje fue, a mi parecer, inigualable.
Como anécdota, decir que el director, consciente de la simpatía natural de Bridges, lo desafió a que hiciera reír a Eastwood, a quien nunca se le había visto más que esbozar una ligera sonrisa en la pantalla.
¿Creéis que lo consiguió? Para saberlo tendréis que verla. No os arrepentiréis.